He vuelto a escribir
sin sentido
sin estilo y
sin saber que hago exactamente. ¿Acaso alguna vez lo supe?
He abandonado la formalidad en éste ejercicio que
encuentro apasionante
y maravillosamente terapéutico,
como lo es nadar para mi cuerpo.
Es un momento propicio para retornar a éste amor que profeso por las palabras,
es como si gritara sin ruido,
un grito de música que sólo yo escucho.

Mañana de mañana intentaré hacerlo,
la luz todo lo cambia y
me gustaría ponerle
un poco
de mi
de ahora que vivo
mas de
día.

Sueño 2

Me disfrazo de tigre bengala,esos que son negro y blanco,para poder acariciarlo a ése,que es de verdad y no quiere mis manos rosadas ni mi pecho transparente con olor a humano.


Estoy desnuda,no quiero ponerme ningún disfraz,lo miro a los ojos y me ruge fuerte,como si quisiera comerme, me asusto y uso el disfraz,para acariciarlo.
Me acerco,lo toco,ronronea y me lame la mano izquierda pero no puedo sentirlo porque tengo el disfraz puesto,lagrimeo frustrada ¿cuándo mas voy a tener la oportunidad de que un tigre de bengala me haga un cariño?

Otra vez es de día,voy a comer ananá que leí que es bueno para el intestino,con un poco de avena y empezaré a tomar vitamina e en cápsulas.

Acá estoy.

¿Cómo me llamo?¿Dónde estoy? Empezaba un libro que me hicieron leer en el primer año del secundario,unas fotocopias anilladas pesadas que no cabían en la mochila por el libro de biología y de lengua y literatura,la carpeta,la cartuchera y una caja de puchos Chesterfield que le robé a mi papá de su mesa de luz. El pañuelo de colores me dio el apodo de that seventy show a los 12 años,malditos benditos del quinto año de mi secundaria.

Recuerdo,muy vagamente porque me cuesta ésto de la memoria a largo plazo,que me gustaban los colores bordó y el olor de los pinos que había en la plaza cerca de mi casa donde subía a fumar un pucho o dos o cinco,dependiendo de mi estado de ánimo ya visceral.

El aloe vera,el agua con cloro,los rodetes y las polleras de mi tía abuela. Fin,no quiero escribir sobre ésto.

Sueño 1

Una morsa gigante en el agua,bajo del agua rascacielos,a la orilla una niña que le toca el enorme hocico a la criatura que es de color gris brillante,la niña lleva puesto un vestido con flores pequeñas. Juegan como si no existiese peligro. Estoy sentada en una montaña,de pasto suave,verde y cómodo,muy cómodo pero estoy un tanto incómoda por la escena de la morsa gigante de color gris brillante y la niña con el vestido de flores pequeñas. Me acuesto del lado derecho, porque alguien me aconsejó que es mejor hacerlo para la digestión y el mejor funcionamiento de los órganos que llevamos dentro que posibilitan la vida biológica del cuerpo del cuerpo del ser humano,y yo pues,soy un ser humano. El cuadro cambia,me relajo,admiro los colores y la transparencia del agua donde el gran espécimen acuático se mueve,admiro la tranquilidad y hasta la puedo palpar,de ellos dos,de la pequeña terrestre y el animal. Cierro los ojos,respiro y siento el olor de una ciudad hundida y el perfume de mi madre que huele como el verano en la piel.

Es de día otra vez y hace calor donde vivo, me prepararé café con leche de almendras,porque soy alérgica a la lactosa,y guardaré la imagen de la niña con su amiga foca una semana o dos,hasta que un nuevo sueño me muestre otra paz semejante.

Vórtice

Me sale querer fotografiar el remolino de pensamientos-palabras que veo pasar en semejante espacio en blanco.










Me urge la necesidad de transmisión universal y felicidad extrema,creo que estoy idealizando el concepto de sonreír.
Mejor sería (es),andar en dos ruedas y buscarle la salida,¿no es verdad?.


Me pierdo en la visualidad, me enamoro de instantes vacíos y escenarios ajenos, me gustaría poder decir que son míos,pero ¿que lo es?.
Momentos de momentos pegoteados entre sí,uñas que pellizcan los dedos hasta que los lastiman,ataques de verborragia y varios años sosteniendo un escape siempre inminente.






Se acerca.





























e x p l o t a.

De no saber si sos vos o yo o todos enredados.

El camino cerebral,la neurosis y las ganas de siempre hablar con la verdad.
Enfrentar.
Prefiero centenares y toneladas de frialdad que la hipócrita y mediocre tibiez.








"Yo no vivo,yo ardo"

Sin título.

Quiero meterme entre las costillas y el corazón,entre el mentón y la sonrisa,entre el parietal izquierdo y el derecho,entre la duda y el quizás.
En realidad quiero meterme en dónde me pueda desnudar.