27.2.12

Tardar en desaparecer


Al lomo de ése monstruoso viajé durante años -sin días con números y sin bolas con agujas-sin pensar, ni sentir, sólo vivir para ver sus enormes ojos, escuchar sus gruñidos de placer y rascar su espalda cuando dormía(mos).

Al lomo de ése monstruoso viajé y en él comí los más exquisitos platos jamás creados, y bailé las melodías de los países de vidrio.

Al lomo de ése monstruoso viajé y sentí los seis sentidos latir, sonreí con arco iris de mil colores, lloré con el viento que habita lo primitivo y saboreé el amor incondicional.

Al lomo de ese monstruoso viajé sin que él así lo sintiera, y el día que me bajé temí por el olvido(me).